El objetivo de la disciplina escolar es sin duda la
salvaguardia del orden, de la seguridad y del trabajo armónico de la educación
dentro del aula de clases.
En una clase en la cual el educador encuentre difícil
mantener el orden y la disciplina, los estudiantes pueden desmotivarse y
tensionarse y el clima educativo disminuye su calidad, lo que puede llegar a el
cumplimiento de los propósitos y metas.
En un aula disciplinada es más fácil activar a los alumnos
de la manera deseada por el profesor; por consiguiente, se podrá hacer un uso
más racional del tiempo en la realización de las tareas, al no ser necesario su
empleo en problemas organizativos. Por supuesto, la existencia de un aula
disciplinada, no necesariamente implica que el aprendizaje esté teniendo lugar.
Con esto conseguimos que si hay disciplina todo fluye mejor
en el aula clase.
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